Por: Leonidas Valencia
Dentro del proceso de reacomodamiento social en América producto de ese choque cultural entre aborígenes, europeos y afros, en donde la cultura europea (centro Europa) es la dominante u opresora, hacen presencia en América las bandas militares con repertorio marcial y fines meramente bélicos o de guerra. Estos fines desembocan en la apropiación de este instrumento por parte de los nuevos pueblos de América, cambiando la funcionalidad del formato como de sus repertorios o músicas.
Las músicas son ejecutadas por estas nuevas Bandas, ya no de guerra sino Bandas musicales de pueblo, en donde se practica la música para otros menesteres y se sensibilizan otros espacios de práctica y disfrute musical. De esta manera se da origen a nuevos formatos o simplificaciones, se avanza en la lectura musical, dialogan sin exclusiones los repertorios tradicionales musicales con los canónicos, cuadrados y esquematizados europeos,
La academia (iglesia), se ocupa de la producción y sistematización de materiales, como obviamente de la capacitación del talento humano para dicha faena. Hoy en día la banda de pueblo conserva rasgos esenciales de su origen como son la ejecución de piezas musicales marciales, de vals, danzas, mazurcas, etc., propias de la cultura europea, como recreaciones de las mismas con tinte americano en donde priman esas supervivencias afros en indígenas en sus construcciones.
Es de suma importancia analizar actualmente el papel social de la banda de pueblo en la comunidad y tiene que ver con su repertorio referente a las nuevas tendencias de géneros o músicas para que este formato esté al día con las nuevas creaciones y gustos de los públicos, su rol o desempeño, la banda para la retreta, en donde observamos que el público tiene en su haber, una cantidad de sonoridades y conceptos musicales.
De hecho muchos de los repertorios de la banda inundan a diario los medios masivos a la comunidad (interinfluenciación – intervención al colectivo) con fines meramente comerciales o mercantilistas. Desde este punto álgido de comunión entre pueblo y banda, es urgente que la banda de pueblo se congracie con sus escuchas y críticos en el análisis de repertorio desde su construcción a través de fusiones o mezclas. Por lo tanto, este formato está ante el reto de la dosificación en el orden de presentación de obras (combinación clásica – moderna) en el ensanchamiento temporal del formato o sea la inclusión de instrumentos que permitan nuevas sonoridades y posibilidades de aceptación en las nuevas generaciones, producción musical acorde con la realidad actual en términos musicales (producción de discos, videos, acompañamiento de aeróbicos, nuevos cultos, partidos de fútbol, etc.
Abrirse espacios en un mercado musical, en donde el director de
El músico de la banda de pueblo debe ser hoy, más que un reproductor u operario musical, un investigador, un constructor o creador de obras y expectativas en pro del crecimiento personal como músico y por ende la elevación constante del nivel musical de las agrupaciones musicales desde las combinaciones, fusiones, mezclas, crítica objetiva, reflexión, pensador de las actividades sobre todo un creador propositito en la sociedad en general.
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