jueves, 23 de agosto de 2007

Rancho Aparte

El Festival Petronio Álvarez es el espacio de encuentro más significativo que tienen los músicos del Pacífico para encontarse y mostrarse al resto de Colombia. En él, como en todos los festivales, hay muchas cosas en juego. Se imponen nuevas tendencias, surgen nuevas estéticas que chocan o conviven con lo “tradicional”, se visibilizan problemáticas políticas, se exotizan formas de ser, cuerpos y comportamientos...

Hace dos años fue mi último Petronio y recuerdo que salí absolutamente rayada. No me cabía en la cabeza que los ganadores de la categoría libre fueran los músicos de un prestigioso Conservatorio, músicos académicos que en el brindis por su gran trofeo, señalaron que finalmente el Petronio comenzaba a tener nivel y finalmente habían contado con un jurado calificado que valoraba la "verdadera música" y el "trabajo"– yo misma estuve en el brindis y lo escuché clarito a pesar de tener mis tragos encima!!!- . Es decir, el tiempo que dedica un músico de academia a ensayar es mucho más valioso que la vida que han dedicado los músicos locales a interpretar su música.

Recuerdo que al otro día, mientras comíamos con Michael y yo le contaba lo que había escuchado, tuvimos una interesante conversación y concluimos que el Petronio ya no era solamente de la gente del Pacífico y de hecho los mismos afro estaban siendo desplazados de los espacios que antes les pertenecían. Michael me contó que a diferencia mía, que me fui para el Hotel donde supuestamente se encuentran lo músicos -el 70% éramos multicultis caleños y bogotanos-, él pudo apreciar cómo la gente del Pacífico se encontró en los barrios populares y lograron escapar de ese espacio que ya no les pertenecía y ser ellos mismos en medio de la celebración de un velorio. Según Michael, en medio de los cantos del velorio, la gente pudo hablar tranquilamente, desahogarse, beber y estar tranquila escapando de las cámaras y las miradas ajenas.

El hecho de que el festival se abra a la gente de Bogotá, Cali, Medellín, etc. es una excelente experiencia para compartir saberes y para la cualificación y posicionamiento de esta música a nivel nacional e internacional. Pero cuando lo que hay detrás es una valoración de la música academicista y eurocéntrica que desconoce los contenidos musicales y simbólicos de los espacios en los que ésta se desenvuelve... estamos frente a un panorama poco esperanzador para las músicas locales.

En fin… para no alargarme y no dar más lora sobre el asunto, a lo que veníamos: el video de Rancho Aparte, - nombre que me recuerda la anécdota de Michael- ganador en la categoría de chirimía en el Festival. Felicidades!!!

1 comentario:

Natalia Velez dijo...

Hola que bueno que una persona que esta tan lejos no deje sus raíces atrás, a pesar que no soy afro, hace poco me empecé animarme a conocerlos y creo que pudo decir que lo soy de corazón.