
Por fortuna, cuenta nuestro territorio con una corriente de folcloristas y músicos, que se han apoyado en prácticas culturales del pasado para alimentar y preservar la música de una posible aculturación consentida por pocos. Ejemplos como el regreso del sonido urbano de “
En una comunicación simple, la maestra Murillo trae enseñanzas de pescar coco y pemá con varita de pichindé; la lección de torear culebra o cobar batata mora, narraciones de vacalocas, madremonte, y patasola. Los mensajes de sus composiciones ratifican esa creencia en nuestros valores culturales, para vivirlos y transmitirlos a las nuevas generaciones. Sus canciones son relatos singulares de los mundos que rodean el imaginario del Pacífico, como anotaba el poeta Vanín “El mundo de aquí de la conciencia y la leyenda”, comunicando con el “mundo de abajo donde habitan los duendes, la madredeagua”[1].
Las elaboraciones y creaciones de Zully Murillo, calificadas por legos como geniales, son obras que a ampliado la mirada para un mayor conocimiento nacional de nuestra cosmovisión, de nuestra relación histórica hombre - naturaleza, que a través de muy buenas inspiraciones creativas ratifican la rica diversidad cultural, crean herencias, fortalecen y aseguran nuestras memorias, que al final no son más que la construcción de obras con valores patrimoniales para nuestras comunidades, que nos acerca con el pasado e induce a revalorar las particularidades de su legado cultural.
[1] Cultura del Litoral pacífico, Alfredo Vanin, proyecto Biopacífico, año……. Pág.