Es propio de la naturaleza humana el dominio y subyugación de unos sobre otros. Las diferencias raciales, de credo, culturales, sociopoliticas y demás son ingredientes básicos con los que se cocina la historia y el devenir de la humanidad por cuanto la objetividad de la trascendentalidad existencial y de excelencia. De esta manera, los hombres validan límites que son medidos a través de la dualidad VIDA Y MUERTE reduciendo las expectativas a las actuaciones cotidianas, enmarcadas en sus costumbres y apropiaciones para la solución a los diversos inconvenientes. A juicio de muchos hombres de Dios (se hacen llamar hombres de Dios) el creador proporcionó facultades limitadas a sus criaturas; así pues, la naturaleza del ser se define como contingencial o secundaria, decretando que los hombres jamás alcanzaran la santidad en la tierra, este hecho se concibe fuera de este mundo. El ser secundario y finito no esta planificado ni proyectado para ser eterno, es un ser de recambio o relevo que hace sus inscripciones a través de fijaciones determinadas por la temporalidad y especialidad terrenal (objetiva e imaginaria).
La discriminación entre seres humanos se reproduce constantemente de generación en generación, producto de los prejuicios sociales previamente construidos, apropiados y arraigados que conocemos como cultura social del hombre.
Es preocupante el trato que los gobiernos y dirigentes políticos, ofrecen a regiones calificadas tácitamente como de cuarta o quinta categoría; caso especifico del Pacifico colombiano donde esta ubicado el departamento del Chocó. Esta tierra habitada por afrodescendientes, indios y mestizos, tiene una historia llena de episodios desagradables como el saqueo de metales y la explotación indiscriminada de madera. Esta explotación es protagonizada por foráneos que cuentan con el aval del gobierno nacional que expide los permisos o licencias destructoras de los ecosistemas que las comunidades locales hemos preservado. Hoy sólo observamos cómo extraños destruyen las esperanzas y posibilidades mínimas de sobrevivencia de nuestros pueblos, sumidos en la miseria y en el olvido o quizás excluidos de las recurrentes políticas de desarrollo gobiernistas. Las decisiones del gobierno no se consolidan como políticas de estado; sólo son decisiones tomadas de acuerdo a pretensiones electoreras. La sumisión, el maltrato, el abandono y la exclusión han hecho mella en las mentes de nuestras gentes de base llegando a creer que cualquier hecho asistencial mediático es un regalo del político o del gobernante, alejándose de la realidad de un verdadero sistema democrático (como se pregona constantemente a los cuatro vientos). Desafortunadamente nuestras gentes se han ganado un premio que se rotula DESCONOCIMIENTO y que otros llaman IGNORANCIA.
Que bueno para los que gobiernan y mandan, dirigir sobre una masa vulnerable y precaria en conocimientos que no conoce ni diferencia lo que le pertenece ni los derechos mismos para cualquier persona en un sistema democrático. Los afrodescendientes del Pacifico colombiano son catalogados como los ascendientes de hombres esclavizados, ciudadanos de cuarta o quinta categoría, la misma categorización de sus entes territoriales. Asi no se inscriba ni se pregone, éstas y otras implicaciones se reflejan en la exclusión programática de sectores étnicos minoritarios que para el gobierno cuentan como meros datos estadísticos pero no como una fuerza positiva y activa que ha aportado a los procesos históricos de Colombia y a la construcción de NACIÓN.
Todas estas actuaciones han surtido un efecto devastador, invisibilizando los aportes de los afrodescendientes y el reconocimiento en todos los niveles, como hombres de bien. A cambio se reciben descalificaciones provocadas e infundadas. Se nos tilda de corruptos e ineptos, y se olvida que la corrupción y la ineptitud no obedecen a colores de piel ni a raza alguna. Basta con ser humano para cometer contravenciones en cualquier sistema o forma de gobierno.
El sol brilla para todos desde diferentes posiciones, claro que el problema no esta en su presencia si no en aquellos que no dejan que te ilumine ,a través de imposiciones y condicionamientos que a lo largo del trasegar de la humanidad han llegado a las mas insospechadas culminando todo esto con la eliminación o desaparición de seres humanos.
Nos encontramos frente a un sueño en el que las condiciones son adversas a la realización del mismo; el sueño de la reivindicación de la gente del Pacífico. Vivimos en una sociedad que de manera disfrazada conserva todos los cánones de las exclusiones e imposiciones de tiempos coloniales.
Se nota el cambio de manto o de hábito, sobrevive la mentalidad opresora en el país del Sagrado Corazón.
La discriminación entre seres humanos se reproduce constantemente de generación en generación, producto de los prejuicios sociales previamente construidos, apropiados y arraigados que conocemos como cultura social del hombre.
Es preocupante el trato que los gobiernos y dirigentes políticos, ofrecen a regiones calificadas tácitamente como de cuarta o quinta categoría; caso especifico del Pacifico colombiano donde esta ubicado el departamento del Chocó. Esta tierra habitada por afrodescendientes, indios y mestizos, tiene una historia llena de episodios desagradables como el saqueo de metales y la explotación indiscriminada de madera. Esta explotación es protagonizada por foráneos que cuentan con el aval del gobierno nacional que expide los permisos o licencias destructoras de los ecosistemas que las comunidades locales hemos preservado. Hoy sólo observamos cómo extraños destruyen las esperanzas y posibilidades mínimas de sobrevivencia de nuestros pueblos, sumidos en la miseria y en el olvido o quizás excluidos de las recurrentes políticas de desarrollo gobiernistas. Las decisiones del gobierno no se consolidan como políticas de estado; sólo son decisiones tomadas de acuerdo a pretensiones electoreras. La sumisión, el maltrato, el abandono y la exclusión han hecho mella en las mentes de nuestras gentes de base llegando a creer que cualquier hecho asistencial mediático es un regalo del político o del gobernante, alejándose de la realidad de un verdadero sistema democrático (como se pregona constantemente a los cuatro vientos). Desafortunadamente nuestras gentes se han ganado un premio que se rotula DESCONOCIMIENTO y que otros llaman IGNORANCIA.
Que bueno para los que gobiernan y mandan, dirigir sobre una masa vulnerable y precaria en conocimientos que no conoce ni diferencia lo que le pertenece ni los derechos mismos para cualquier persona en un sistema democrático. Los afrodescendientes del Pacifico colombiano son catalogados como los ascendientes de hombres esclavizados, ciudadanos de cuarta o quinta categoría, la misma categorización de sus entes territoriales. Asi no se inscriba ni se pregone, éstas y otras implicaciones se reflejan en la exclusión programática de sectores étnicos minoritarios que para el gobierno cuentan como meros datos estadísticos pero no como una fuerza positiva y activa que ha aportado a los procesos históricos de Colombia y a la construcción de NACIÓN.
Todas estas actuaciones han surtido un efecto devastador, invisibilizando los aportes de los afrodescendientes y el reconocimiento en todos los niveles, como hombres de bien. A cambio se reciben descalificaciones provocadas e infundadas. Se nos tilda de corruptos e ineptos, y se olvida que la corrupción y la ineptitud no obedecen a colores de piel ni a raza alguna. Basta con ser humano para cometer contravenciones en cualquier sistema o forma de gobierno.
El sol brilla para todos desde diferentes posiciones, claro que el problema no esta en su presencia si no en aquellos que no dejan que te ilumine ,a través de imposiciones y condicionamientos que a lo largo del trasegar de la humanidad han llegado a las mas insospechadas culminando todo esto con la eliminación o desaparición de seres humanos.
Nos encontramos frente a un sueño en el que las condiciones son adversas a la realización del mismo; el sueño de la reivindicación de la gente del Pacífico. Vivimos en una sociedad que de manera disfrazada conserva todos los cánones de las exclusiones e imposiciones de tiempos coloniales.
Se nota el cambio de manto o de hábito, sobrevive la mentalidad opresora en el país del Sagrado Corazón.
1 comentario:
Felicitaciones por tan maginifico blog, de veras. Hoy me lo encontre y retrase mi hora de dormir, me encanta la musica afrocolombiana, soy bogotano y siento propia la cultura del bello pacífico: buena por construir espacios como este para difundir parte de nuestra real cultura. Saludos
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