Por: Ana María Arango
En la última edición de la Revista Semana, en la sección de cultura aparece un artículo titulado “Que viva San Pacho!”. Después de leer ese artículo sentí tanta indignación que no puedo dejar de comentar lo que me provoca. En él se exalta el San Pacho y la “bendición” que este año ha recibido por parte de la Fundación BAT (Multinacional tabacalera). El San Pacho ahora es valioso porque la Fundación BAT lo legitima!!
Está chévere que se haga una fiesta de San Pacho para Bogotá. Pero obviamente lo que organiza la Fundación BAT siempre es para una pequeña élite de la colonia en Bogotá y para los multicultis bogotanos que siempre estamos buscando la ocasión de enriquecernos con las expresiones culturales de las provincias. Pero bueno. Este no es el problema. Lo que me saca de quicio es cómo el artículo le hace juego a esta necesidad legitimadora y “floklorizadora” de las expresiones locales y nos dice que para el coreógrafo Wilfan Barrios, elegido para preparar el baile de la fiesta de la BAT en Bogotá, “ a estos jóvenes todavía les falta mucho” y continúa “tuvo que entrenar a los jóvenes para que, con movimientos más sofisticados, lograran transmitir la alegría y la vitalidad de las fiestas. ‘Ustedes no están bailando hoy’, les dijo el miércoles 18 de julio cuando viajó por última vez a Quibdó a prepararlos. Para cualquiera que los observara, estaban bailando delicioso. Pero ellos estuvieron de acuerdo, éste no era su día más afinado”.
Es decir, el “Carnaval” –como si el San Pacho fuera un carnaval- tiene que mostrar bailarines “sofisticados”, “estilizados”. Mejor dicho, es necesario maquillar las expresiones y la corporalidad de los chocoanos para que merezca ser mostrada ante un público bogotano. Es simplemente una vergüenza; como si además los bailarines de toda la vida del Chocó no fueran capaces de hacer sus coreografías. Pero entiendo que a los músicos y a los bailarines no les quede otra alternativa. Ya de hecho vivir de la música y del baile es duro, como para ponerse dignos y no acceder a las peticiones de la BAT. Por eso esta fiesta contará con los mejores grupos y los mejores bailarines. Pero también mostrará ante los bogotanos una imagen irreal, artificial, exotizadora. Lo mejor del San Pacho, por lo menos hasta el año pasado –ya no sé este año porque con este boom no sé lo que le espera- es su sencillez y su espontaneidad. Ahora lo único que nos faltará es que comiencen a entrar todas estas multinacionales y exijan que no haya rebulú o que para participar en él toque llevar elegantes trajes al estilo Carnaval de Barranquilla.
Y otra pregunta: ¿después de que la fundación grave a los músicos y los bailes, qué pasará con los derechos de reproducción y distribución?
Han intentado comprar alguna de las producciones BAT? no son baratas, para nada baratas!
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