Por: Ana María Arango
No confío en la multinacionales; cada vez son menos y más poderosas y para estar en donde están han tenido que pasar por encima de pequeños negocios independientes, han comprado a funcionarios estatales y se han dedicado a limpiar su nombre con mecanismos que apelan fácilmente a la subjetividad de las personas como campañas publicitarias y apoyos a programas deportivos, el arte, la niñez, la música, etc.
Este es el caso de la BAT (British American Tobacco), cuya visión, como su misma página de internet lo dice es "ser líderes en el negocio mundial del tabaco". La Fundación BAT Colombia se formó en el año 2000 y tiene un especial interés en la difusión de las expresiones de las "culturas populares" -y en eso entra lo que han llamado "arte popular", que debe ser el que no merece llamarse solo "arte"-, las músicas "populares" -que deben ser las que alcanzan a entrar en los exquisitos gustos de los miembros de la Fundación más por su carácter "exótico" que por su contenido estético- y, las fiestas "populares" -claro, las fiestas de los de a pie, pero eso sí bien coloridas para que queden bien bonitos los espectaculares afiches que luego se lucen en los diferentes institutos de cultura y que con orgullo los músicos exponen en las paredes de sus casas-.
Hoy por casualidad llegué a la página de la Fundación BAT Colombia y me dio pánico. En primera página hablan del San Pacho (fiesta patronal de Quibdó- Chocó). A simple vista los chocoanos deberían estar agradecidos porque la British American Tobacco ha posado sus ojos sobre ellos. Sin embargo, debo decir que desde que me enteré que esta Fundación en lugar de apoyar a los festivales, se presenta al programa de Concertación del Ministerio de Cultura y se beneficia con más de 100 millones de pesos por cuenta de nuestros impuestos, terminé por perder el poco respeto que me sugerían. Y por lo tanto yo me preocupo y si fuera chocoana me preocuparía. Porque si algo tiene el San Pacho es que todavía es de los chocoanos; no es de ninguna fundación, ni de ninguna multinacional… si acaso los chocoanos tendrán que aguantarse la propaganda de las licoreras departamentales(ya privatizadas); pero eso, en una fiesta es bastante tolerable (desde que no cierren los espacios y sectoricen la fiesta).
Cuando estas multinacionales -y en general las empresas privadas-, son las que llegan con el dinero, también son ellas las que ponen las condiciones. Todo se vuelve un espectáculo y por lo tanto se vive desde la cámara y para el turista. Es la lógica de la exotización que desde hace siglos no ha sido más que una excelente herramienta de colonización y sometimiento de quien es diferente. Cuando llegaron los españoles a América los carnavales y estas mimas fiestas patronales, fueron una estrategia para atraer a los indígenas a las ciudades y de paso tener mano de obra. Doscientos años después estas fiestas son del pueblo. Pero nuevamente, comienzan a ser colonizadas por el dinero privado que sabe cómo hace sus cosas: si no me creen los invito a preguntarles a los pobladores de Barranquilla (los de a pie, claro) ¿qué piensan de su actual carnaval? O a los de San Pelayo (Córdoba) ¿qué piensan de Festival del Porro? Y cuánto tienen que pagar para entrar a bailar fandango en la fiesta de su propio pueblo?
En fin... para los músicos siempre es difícil tomar decisiones porque de ese espectáculo es que ellos viven. Solo los invito a leer muy bien la letra menuda de los contratos. Porque como dice mi suegro … “el diablo es puerco”.
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